jueves, 29 de agosto de 2013

Porque lo divertido es la polla y lo aburrido es un coñazo?

Bueno hoy he investigado un poco sobre estas expresiones que habremos escuchado mas de una vez,joder la fiesta de anoche fue la polla,vaya coñazo de pelicula,solo encontre una explicacion sobre porque lo aburrido es un coñazo, supongo que lo contrario de coño es la polla por tanto si coñazo es aburrido la ecuacion es bastante facil =la polla es divertido,acontinuacion os dejo lo que encontre.
En 1914, Barcelona era el centro de la industria cinematográfica española. En aquellos tiempos, imperaban las adaptaciones de folletines teatrales, las zarzuelas y los dramas históricos. Todas ellas eran películas mudas, por supuesto, y se dirigían a un público amante del entretenimiento. En este contexto, y coexistiendo con producciones célebres como “Nobleza Baturra” (1916) o “Vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América” (1917), desarrollaba su actividad creativa Armando Flores, un cineasta que, aunque es hoy en día un completo desconocido para muchos, pasará a la Historia del cine por ser el creador de un género cinematográfico apasionante: el porno fantástico (en inglés, “Fantastic Porn”). Como su nombre indica, el género se caracteriza por mezclar hábilmente entornos irreales, fantasiosos y casi siempre futuristas con escenas de sexo muy explícito para la época. Películas como “Los de Marte son coños aparte” (1917), “Fenomenal la sonda anal” (1919) o “Los pezones del espacio se comen despacio” (1918) son piezas clave en la cinematografía de Armando Flores.
“El Coñazo”, estrenada clandestinamente en 1920, fue la obra más arriesgada del autor, y de hecho recibió tantas críticas que Flores decidió abandonar el mundo del cine para siempre. La película narraba la historia de dos exploradores de la selva que descubrían un coño gigante escondido entre unas montañas rocosas, proveniente del espacio exterior. Haciendo gala de su valentía, los dos protagonistas se adentraban en el inmenso órgano genital y descubrían que su interior era un complicado laberinto del cual nunca podrían salir. Algunos críticos sostienen que Stanley Kubrick se inspiró en esta película cuando rodó la escena final de "El Resplandor", aunque es poco probable que la conociera. Quien sí tuvo acceso a “El Coñazo” fue sin duda alguna Pedro Almodóvar, que la homenajea directamente en una de sus últimas películas.
Armando Flores vio truncada su carrera cinematográfica por culpa de una película mal planteada e infinitamente aburrida. Sin embargo, de un fracaso siempre puede salir algo bueno. Flores consiguió que “El Coñazo” se convirtiera en el sinónimo de todo lo insoportable, lo tedioso y lo pelmazo. Cada vez que empleen la expresión “¡Menudo coñazo!” estarán ustedes homenajeando a Armando Flores, uno de los cineastas más creativos y arriesgados de nuestra cinematografía.

sábado, 24 de agosto de 2013

Poner los cuernos

Creo que todos hemos escuchado alguna vez esta expresion refiriendose al adulterio pero por lo menos yo nunca sabia de donde venia asi que os dejo una breve explicacion al respecto.

Los vikingos dejaron más cosas para la posteridad además de su leyenda y terrible fama, su mitología y sus dotes como navegantes., como por ejemplo la expresión que ha llegado hasta nuestros días de "poner los cuernos".
Estos fieros pobladores de los países nórdicos tenían por costumbre que el jefe de cada una de las tribus o de las comarcas (en función del origen, pues los vikingos noruegos, suecos o daneses no se regían exactamente por las mismas costumbres) pudiera escoger entre todas las mujeres jóvenes de su territorio o de su clan a la que estimara más conveniente para contraer matrimonio o simplemente como amante, frente a lo que tenían que hacer el resto de vikingos que llegaban a acuerdos entre las familias para los matrimonios.
Cuando el jefe hacía efectivo este derecho, colocaba unos enormes cuernos en la parte superior de la puerta de su casa, para que todos supieran que él tenía el privilegio de poder escoger a la mujer que quisiera. De aquí viene la expresión "poner los cuernos" que pervive en la actualidad. En un principio esta frase tenía connotaciones positivas hacia el padre de la elegida, pues para él era un honor que el jefe hubiese escogido a su hija. Sin embargo, también cogió un matiz peyorativo hacia el pretendiente que veía cómo el jefe le robaba a su pretendida, que es el que más o menos ha llegado hasta la actualidad.