sábado, 15 de diciembre de 2012

Solidaridad





¿Somos solidarios?
Personas del mundo,y aquí incluyo a todos estados,iglesia,personas,Yo…porque no dejamos por un momento de pensar en nosotros mismo y pensamos un poco en los demas
La solidaridad es una de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante. En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobretodo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.
Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en fechas  como estas. De este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones.
Como vemos, la solidaridad es más que nada un acto social, una acción que le permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social. Debido a lo anterior es que resulta fundamental fomentar y desarrollar la solidaridad en todas sus aristas, ya que no sólo será necesario llevar a cabo las acciones de las que se requerirá en momentos de guerra o desastres naturales, sino que será fundamental de aplicar cuando alguno de nuestros seres queridos, ya sean amigos o familiares, tengan algún problema en el que nuestra ayuda o compañía sean un aporte para mejorar en cierto modo la situación. En otras palabras, permite a los ciudadanos luchar juntos por un mismo motivo o trabajar unidos para lograr una misma meta.
 

Frase para un lunes

"No hay cosas sin interes,solo personas incapaces de interesarse"



Autor: Gilbert Keith Chesterton. La frase de hoy puede resultar un poco áspera, sin duda, pero que nadie la interprete como una especie de acusación velada hacía aquellos que no consiguen, por más que se empeñen, encontrar un atractivo a su tarea diaria.

En la vida, siendo sinceros, tenemos que enfrentarnos a menudo con situaciones que no nos gustan especialmente; por no decir que incluso nos pueden resultar odiosas. Ocupaciones laborales tendentes a cubrir una necesidad económica y que si nos dieran a elegir descartaríamos hacer.

Es algo habitual estar abocados a hacer un trabajo que no nos complace a cambio de un sueldo para vivir. Nada que objetar, porque todo el mundo lo hizo, lo hace o lo hará. El problema reside en que la dedicación a esa tarea tenga carácter eterno y, por tanto, cada día se convierta en una especie de tortura insoportable en la que durante ocho horas sufrimos la condena que nos ha correspondido (no sé en qué juzgado). Y que así,  se nos vayan pasando los días y la vida mirando permanentemente el reloj en busca de la hora de la liberación.